
Adviento en musica. I Domingo de Adviento
El Adviento es un tiempo de gozosa espera de la venida del Salvador. Por eso, la música clásica puede ayudarnos a vivir más profundamente este tiempo.
Piezas musicales sugeridas para este Primer Domingo de Adviento:
Ad te Domine, levavi de Johann Joseph Fux (K 153),
Universi qui te expectant de Johann Michael Haydn (MH 442).
El ofertorio del primer domingo de Adviento, Ad te Domine, levavi, tiene un texto tomado de los dos primeros versículos del salmo 25; las palabras del salmo expresan muy bien la tensión, el deseo y la espera que animan al creyente ante el tiempo de Adviento, tiempo en que comienza un nuevo año litúrgico en la espera del Señor que viene.
Entre los músicos que han cubierto de notas estas palabras figura Johann Joseph Fux (1660-1741), un músico contemporáneo de Johann Sebastian Bach, pero hoy, por desgracia, casi olvidado.
Austriaco, Fux es especialmente famoso entre los músicos por ser el autor de un Gradus ad Parnassum, un tratado sobre el contrapunto, en el que se formaron todos los grandes compositores de las épocas clásica y romántica.
De hecho, el libro de Fux enseñaba a componer en el llamado ‘estilo clásico’, el que se identifica con la música de Palestrina del siglo XVI, y que también se convirtió gradualmente en un símbolo musical de la propia liturgia. Enfrentarse al difícil pero fascinante estilo del contrapunto de Palestrina se convirtió así en una referencia artística para la maestría del músico, pero también para una especie de adhesión, al menos estética, a los cánones de la belleza sagrada.
El arte de Fux se observa maravillosamente en su Ad te, Domine, levavi, en el que encontramos verdaderamente la escritura suave y envolvente de los maestros renacentistas, aunque quizá impregnada aquí de una expresividad y una humanidad que sienten la influencia del arte barroco de los “afectos”. En particular, la nostalgia y las aspiraciones del alma, a las que se refiere el texto, son expresadas con gran eficacia por Fux en el juego de tensiones y distensiones con que impregna su magistral polifonía.
Johann Michael Haydn (1737-1806) es también una figura algo olvidada en los programas de concierto que merece ser debidamente apreciada. En su caso, quizá la comparación con la gran figura de su hermano más famoso, Franz Joseph, no ha ayudado a que las composiciones de Michael sean conocidas y admiradas por su singular belleza. Este último también estaba vinculado a otra famosa familia de músicos, los Mozart: como ellos, vivió en Salzburgo y sirvió a la archidiócesis local como maestro de capilla.
Su Universi, qui te expectant fue compuesto en 1787 como Graduale para el Primer Domingo de Adviento; el texto está tomado del Salmo 25, y enfatiza la dimensión de la espera. El compositor logra conciliar de manera verdaderamente notable las exigencias de la liturgia -en particular, el deseo de que el texto cantado sea claramente comprendido y percibido- con las del arte musical: las voces, en efecto, cantan casi siempre en homorritmia, es decir, con el mismo ritmo, lo que facilita enormemente la claridad de la declamación; la vivacidad, en cambio, está asegurada por el acompañamiento instrumental, en el que el bajo procede de manera típica de la época barroca y evoca los ‘pasos’ (¿quizás sugiriendo el acercamiento del cristiano a la Navidad?), mientras que las trompas y los violines enmarcan el canto con gracia y alegría. Si, por tanto, Fux había privilegiado la atmósfera emocional de intensa expectación, Michael Haydn opta más bien por dar voz al componente alegre y luminoso de la llegada del Mesías.
¡Buena escucha y buena meditación!
Pilar Bañeres
Muchas gracias por estos comentarios tan excelsos sobre estas musicas de autores como Bach,Michael Haydn y Fux que nos ayudan a acercarnos a Dios